Cuando se habla del ojo seco, hay que evitar confundir este concepto, ya que no siempre hace referencia a lo que comúnmente se entiende por “sequedad ocular”, se habla de una disfunción de la superficie ocular (DSO). Es una estructura muy sensible, y cuando esta se ve alterada, da pie a ciertas molestias, que pueden estar relacionadas, o no, con el ojo seco. Suelen ser estas molestias las que provocan que los pacientes acudan a consulta.
Tal y como mencionó el doctor Durán de la Colina en la conferencia de la Sociedad Dominicana de Oftalmología, es importante hacer una revisión y un análisis de la superficie ocular antes de realizar una cirugía. Se deben hacer preguntas relacionadas con síntomas, diagnósticos previos de ojo seco, la utilización de lágrimas artificiales, o de otros tratamientos. Estas preguntas posibilitarán identificar a pacientes con disfunción de la superficie ocular, y así contar con toda la información necesaria y tener el mejor postoperatorio posible.
Importancia del diagnóstico previo del ojo seco
Este análisis previo supone un aumento en el tiempo de exploración, y también un mayor coste debido a la utilización de diferentes tecnologías. De todas formas, es muy importante realizarlo, ya que sin esta exploración las posibles molestias oculares son altamente probables, y el paciente no quedará satisfecho con el resultado de la operación.
Hoy en día la Enfermedad del Ojo Seco (EOS), tiene una prevalencia del 1/3 de la población, que aumenta a partir de los 50 años, lo que significa que hay altas posibilidades de que al realizar una operación de cataratas se encuentre un paciente que también sufra la EOS. La DSO previa a la cirugía es muy frecuente, es por eso, que es extremadamente importante diagnosticarla para evitar problemas.
Una persona que tiene mala visión y acude a consulta para operarse de cataratas, puede no haber notado las aberraciones ópticas y las fluctuaciones visuales que puede provocar la DSO, ya que asocia las molestias y la mala visión a las propias cataratas. De todas formas, la superficie ocular y la córnea son un potentísimo generador de dolor, por eso se deben identificar los factores de riesgo y tratarlos de manera correcta, entre ellos se encuentran:
- Alteraciones previas de la superficie ocular
- Ser mujer
- Presentar enfermedades sistémicas
- Padecer trastornos psicológicos
El Doctor Durán de la Colina advierte de los peligros que existen al recibir tanta cantidad de información a través del ordenador, ya que muchas veces se pierde información por no mirar directamente al paciente y analizar cómo parpadea, si tiene asimetrías faciales u otro tipo de alteraciones visibles. Además, menciona que las nuevas tecnologías, aunque puedan ayudar, no son suficientes para realizar un diagnóstico.
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