¿Ya no ve bien la carta del restaurante y leer le cuesta un mundo? La presbicia es la primera señal de que ya no es tan joven.
Hay un gesto inequívoco que delata que nos estamos haciendo mayores. Ese momento en el que se acerca el camarero para tomar nota y te das cuenta de que eres incapaz de leer la carta del restaurante sin alejarla unos centímetros. Por más joven que uno se sienta, la vista no da tregua. Y, a partir de ahí, ya no hay vuelta atrás. «La presbicia o vista cansada es una evolución natural del envejecimiento ocular, pero es verdad que siempre nos llega mucho antes de lo que esperamos.
A partir de los 40, el ojo pierde capacidad de enfoque y empezamos a no ver bien de cerca porque el cristalino, situado justo detrás de la pupila, se vuelve menos flexible con la edad. Alguna gente no lleva nada bien lo de tener que ponerse gafas para ver bien de cerca porque todavía se siente muy joven, y realmente lo es, pero hay que entender que se trata de un proceso universal que nos afecta a todos en mayor o menor grado», tranquiliza el doctor Juan Durán de la Colina, director médico del Instituto Clínico Quirúrgico de Oftalmología (ICQO).
Aunque suele ser uno de los primeros síntomas, la presbicia no es la única señal que nos chiva que el ojo ha perdido lozanía. «Unos entran dentro de la normalidad del propio envejecimiento de los ojos y digamos que suponen una incomodidad para la persona que los padece pero no van más allá (vista cansada, ojo seco, moscas volantes, párpados caídos…). Pero otros pueden esconder una patología más seria como cataratas o degeneración macular», añade el también catedrático de Oftalmología de la Universidad del País Vasco (UPV/EHU).
Moscas volantes
Respecto a esas ‘incomodidades’ que aparecen en el ojo con la edad, una de ellas son las llamadas moscas volantes, muy típicas en los miopes, sobre todo en los días de mucha claridad. «Son pequeñas condensaciones en el ojo, pero no suelen tener ninguna repercusión visual más allá del incordio que supone ver esos pequeños cuerpo flotantes», coinciden los oftalmólogos. Ahora bien, las personas que ven peor de lejos suelen tardar más en padecer presbicia. «Yo lo llamo ‘la venganza del miope’. Lo que ocurre es que las personas que nunca han necesitado gafas se las tienen que poner a partir de los 40 para poder ver bien de cerca. Sin embargo, ellos se las tienen que quitar», recuerda el doctor Durán de la Colina.
Estética del ojo
Otro aspecto que indica que el ojo –y nosotros– envejecemos es el puramente estético: las patas de gallo, los párpados caídos, las bolsas, las ojeras, los pliegues, la mirada que pierde brillo, la expresión… En este sentido, los oftalmólogos alertan sobre las operaciones de estética que afectan a la zona del ojo.
«La estructura de los párpados, por ejemplo, es muy compleja y con el paso del tiempo pierde consistencia. La piel de esa zona es de las más delicadas de todo el cuerpo. Hay grasa, ligamentos, músculos, cartílagos, glándulas… No es tan sencillo de tratar. Evidentemente, el enfoque de la operación es estético, pero hay que saber bien lo que se hace porque, a veces, ocurre que te pueden dejar un ojo muy bonito, pero resulta que después no lo puedes cerrar bien. Y no olvidemos que el párpado está ahí porque cumple una función muy importante y se debe conservar», alerta el director médico del ICQO.
Ojo seco
Desde el punto de vista patológico, una de las consecuencias del envejecimiento ocular es el denominado ojo seco, que afecta especialmente a las mujeres. «Con los cambios hormonales se suele sufrir una disminución en la producción de las lágrimas. Y si a eso le sumamos los aires acondicionados y las calefacciones, esta condición se agudiza. En los casos más leves se puede tratar con lágrimas artificiales y suele quedarse en una molestia, pero es una patología que se puede complicar mucho», aseguran los especialistas.
Cataratas
Las cataratas son otra de las ‘señales’ del paso del tiempo en nuestros ojos y su operación es la más realizada a nivel mundial. «Se trata de una intervención muy segura y con unos resultados verdaderamente buenos», precisan en la Sociedad Americana de Oftalmología. En cualquier caso, la primera causa de pérdida de visión en las personas mayores es la degeneración macular asociada a la edad.
¿Afectan las pantallas a los ojos?
A día de hoy no existe ningún estudio serio que demuestre científicamente que esto es así. Lo que sí afecta, y mucho, a la retina son los rayos solares.
Artículo extraído de El Correo