El melanoma intraocular de coroides es un tipo de cáncer ocular poco frecuente pero muy grave. Se considera un tumor primario, lo que significa que se origina directamente en el ojo. Según el Ministerio de Sanidad, su incidencia es baja, con entre 1 y 5 casos por cada millón de habitantes, lo que equivale a aproximadamente 164 casos anuales en España. Aunque la cifra se mantiene estable, el riesgo aumenta con la edad y es más frecuente en personas con ojos claros. Es una enfermedad que requiere mayor concienciación, ya que muchas personas desconocen su existencia y las implicaciones que puede tener para la salud visual.
Factores de riesgo
Existen diversos factores que pueden aumentar la probabilidad de desarrollar un melanoma intraocular de coroides. Entre ellos se incluyen:
- Edad avanzada: La incidencia aumenta con el paso de los años, especialmente a partir de los 50.
- Piel y ojos claros: Las personas con menos pigmentación tienen un menor nivel de protección frente a los rayos ultravioleta, lo que podría estar relacionado con un mayor riesgo de desarrollar este tipo de cáncer.
- Factores genéticos: Algunas alteraciones cromosómicas pueden predisponer a la enfermedad, por lo que si hay antecedentes familiares es recomendable realizar controles oftalmológicos periódicos.
Importancia de la detección temprana
El melanoma intraocular de coroides es una enfermedad que requiere atención inmediata. Detectarlo en fases iniciales es clave para un tratamiento exitoso y para evitar complicaciones graves que pueden poner en riesgo la visión e incluso la vida del paciente. Es importante estar atentos a los siguientes síntomas:
- Aparición de flashes de luz o puntos luminosos, incluso con los ojos cerrados.
- Pérdida progresiva de la capacidad visual que no mejora con gafas o lentes de contacto.
- Disminución de la calidad de la visión, como ver borroso o notar manchas oscuras en el campo visual.
Ante cualquiera de estos signos, se recomienda acudir inmediatamente al oftalmólogo para una evaluación adecuada y evitar que la enfermedad progrese sin tratamiento.
Diagnóstico y opciones de tratamiento del coroides
El diagnóstico del melanoma intraocular de coroides se realiza a través de diversas pruebas oftalmológicas, como:
- Dilatación ocular y exploración de la retina: Permite al especialista observar posibles anomalías en la parte interna del ojo.
- Tomografía de Coherencia Óptica (OCT) para obtener imágenes detalladas de las capas del ojo y evaluar cualquier irregularidad.
- Ecografía ocular para observar estructuras internas del ojo y medir posibles crecimientos anormales.
En cuanto a los tratamientos, las opciones incluyen:
- Prevención con estudios oftalmológicos regulares, especialmente para personas con factores de riesgo.
- Radioterapia para reducir el tamaño del tumor y controlar su avance.
- Tratamientos con láser para eliminar células cancerosas de manera localizada.
- Placas de quero terapia, la técnica que más se utiliza en España y que ha demostrado ser efectiva en algunos casos.
Falta de información y concienciación
A pesar de la gravedad de esta enfermedad que afecta al coroides, existe poca información sobre ella. Muchas personas desconocen su existencia y no son conscientes de la importancia de acudir a revisiones oftalmológicas periódicas, lo que puede retrasar su diagnóstico y empeorar el pronóstico. Es fundamental realizar campañas de sensibilización para que la población tome conciencia de la importancia de la salud ocular y del riesgo de desarrollar esta enfermedad. Y que mejor día como el Día Mundial Contra el Cáncer.
Consejos
- Acudir al especialista si aparecen síntomas visuales inusuales, ya que un diagnóstico temprano es clave.
- Descansar la vista adecuadamente, especialmente si se pasa mucho tiempo frente a pantallas, realizando pausas frecuentes.
- Evitar la exposición excesiva a la luz solar y usar gafas de sol con protección UV.
- Mantener una dieta saludable y equilibrada para favorecer la salud ocular y general.
Un mensaje clave: Revisiones frecuentes a partir de los 50
Felipe Costas (Oftalmólogo en ICQO): a partir de los 50 años, es fundamental realizar exámenes oculares frecuentes para detectar cualquier anomalía a tiempo. La prevención y la detección temprana pueden marcar la diferencia en la lucha contra el melanoma intraocular y otras enfermedades visuales.
