Detrás de la detección, prevención y tratamiento de numerosos problemas visuales, se encuentra un grupo de profesionales sanitarios cuyo trabajo a menudo pasa desapercibido: los ópticos-optometristas. Estos expertos en la salud visual desempeñan un papel crucial en el sistema sanitario, velando por nuestra capacidad de ver con claridad y brindando soluciones que mejoran la calidad de vida de millones de personas.
Ana Monje, Óptico-optometrista del Instituto Clínico Quirúrgico de Oftalmología (ICQO) y Delegada de Bizkaia del Colegio de Ópticos-Optometristas, reivindica el papel de estos profesionales. Su esfuerzo constante, su compromiso con la salud visual y fácil accesibilidad, los convierten en pieza fundamental para el bienestar de la sociedad en general, son los profesionales más cercanos al ciudadano de a pie, capaces de derivar y solucionar muchas afecciones visuales.
¿Óptico y optometrista son profesionales distintas?
No. El óptico-optometrista es un profesional sanitario con estudios universitarios de Grado, y con acceso a Máster y Doctorado. Estamos ante una única titulación, es decir, no se puede ser óptico sin ser optometrista ni viceversa. Esto suele generar confusión en el público, pero debe quedar claro que es una única profesión.
¿Qué funciones profesionales desempeñan?
Esta disciplina científica sanitaria va destinada al estudio del sistema visual para obtener una función visual con la mejor eficacia. Es una profesión en constante evolución gracias a los avances y la formación académica, y sobre todo al excelente servicio que prestan nuestros colegiados, que ha hecho que el público haya abandonado la imagen que tenía de las Ópticas, dejando de percibirse como un establecimiento de venta de gafas y lentillas, para ser un establecimiento donde se prestan servicios visuales de calidad.
La refracción o graduación de la vista, es solo una de las múltiples pruebas que debe realizar el óptico-optometrista para conocer el estado visual de una persona. En función del resultado, es interesante saber que no siempre conlleva la prescripción y adaptación de unos medios correctores (gafas o lentes de contacto), sino que el usuario, caso de ser candidato idóneo para ello, dispone de un amplio abanico de técnicas y tratamientos que pueden ser prestados por el óptico-optometrista.
¿Y cuáles son esos tratamientos y/o terapias?
Por ejemplo, la terapia visual, que consiste en un conjunto de técnicas dirigidas a mejorar la eficiencia del sistema visual a través de ejercicios programados para la coordinación de los ojos, del enfoque, de alteración de los movimientos oculares, y el perfecto complemento a la oclusión en la recuperación del ojo vago.
Por otro lado, tenemos también la ortoqueratología, un método no quirúrgico de compensación de las ametropías, sobre todo miopía, aunque también hipermetropía y astigmatismo, para la que el óptico-optometrista se encuentra legalmente capacitado y que ofrece la posibilidad de obtener una buena visión sin la necesidad de someterse a cirugía ni de utilizar gafas ni lentes de contacto durante el día, utilizando una lente de contacto personalizada durante la noche mientras se duerme.
También existen lentes de contacto especiales que pueden ser adaptadas, por ejemplo, en córneas trasplantadas, con cicatrices, opacidades o deformaciones causadas por alguna patología. La adaptación de ayudas ópticas y no ópticas a pacientes con baja visión, junto con la rehabilitación visual a estos, corre a cargo del óptico-optometrista.
Por último, está el cribado de patologías, es decir, la capacidad de los ópticos-optometristas para detectar signos o síntomas reveladores de la existencia de una posible patología, y en su caso, remitirlo al facultativo correspondiente.
Los ópticos-optometristas detectan signos o síntomas reveladores de la existencia de una posible patología, y en su caso, pueden remitirlo al facultativo correspondiente.
¿Únicamente se ofrecen estos servicios en los establecimientos de óptica?
Cada vez es mayor el número de clínicas oftalmológicas, consultas privadas y públicas de oftalmología, hospitales y centros de salud, que cuentan dentro de sus equipos multidisciplinares con los ópticos-optometristas, tendencia que va en aumento. También hay cada vez más compañeros en Universidades y en equipos de investigación, impartiendo docencia.
No somos conscientes de la importancia de esta profesión.
La población cada vez confía más en nosotros para realizarse revisiones, tanto en el sector privado como en el público. Un dato significativo es el gran número de revisiones que se realizan en los establecimientos sanitarios de óptica cada año, tendencia que sufrió un gran aumento con ocasión de la pandemia por covid al figurar los establecimientos de Óptica dentro de los servicios esenciales.
Sus conocimientos en salud ocular les facultan para detectar signos de posibles patologías en sus inicios, haciendo una importante labor de prevención de algunas enfermedades oculares y derivar al especialista correspondiente; oftalmólogo, neurólogo, endocrino, pediatra, etc.
¿El óptico-optometrista necesita actuar bajo la supervisión de otros profesionales sanitarios?
No, en ningún caso. El óptico- optometrista es un profesional sanitario autónomo que no necesita de la concurrencia de ningún otro profesional para realizar su profesión con plena autonomía, salvo aquellos casos en que participe en el tratamiento Optométrico de una patología en que se precisa la valoración del oftalmólogo para seguimiento y control de su evolución.
¿Las gafas premontadas también conocidas como “gafas de farmacia” les parecen una solución visual adecuada para compensar la presbicia o vista cansada?
Si no te automedicas, ¿por qué te autograduas? La mala costumbre de adquirir dicho producto en establecimientos no sanitarios, en base al único criterio del propio comprador, prescindiendo de la intervención del profesional de la visión, puede ser susceptible de acarrear daños a la visión, que con la intervención del profesional hubieran podido ser detectados a tiempo.
Desde el ICQO queremos destacar la importancia de corregir la vista cansada, acudir al profesional de la visión óptico-optometrista en busca de la mejor solución óptica individual y personalizada, y en función de la necesidad visual concreta, puede aconsejar la mejor compensación óptica en cada caso: bien lentes monofocales, bifocales, ocupacionales, progresivas, o bien lentes de contacto. En todo caso, limitar el uso de las gafas premontadas como gafas de repuesto en caso de emergencia y nunca olvidar, comprobar, antes de su adquisición, que en las instrucciones de uso conste claramente la graduación de ambas lentes y lleven la señal de conformidad CE, tanto en el envase como en el prospecto.
Articulo extraido del Deia