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¿Cuáles son las diferencias entre llorar de risa y llorar de tristeza?

Las lágrimas son las gotas que segregan las glándulas lagrimales. Vivimos con ellas todos los días; cuando estamos felices o tristes, al reírnos a carcajadas, incluso al cortar la cebolla o ponernos al sol. Pero ¿Son todas las iguales o existen diferentes tipos? ¿Qué función tienen? Nuestro oftalmólogo Sergio Eguiza desvela algunos secretos, sigue leyendo.

Los ojos han sido importantes para él desde que era pequeño: “Son órganos que expresan mucho sin decir nada. Son las como ventanas las ventanas del alma”, describe Eguiza. Siempre les ha prestado mucha atención. Ayudar a ver es dar un poco de luz a la gente y por eso eligió ser oftalmólogo.

Sergio Eguiza es mexicano, licenciado en Medicina y Cirugía y especializado en Oftalmología. Trabaja en el ICQO de Bilbao (Instituto Clínico Quirúrgico de Oftalmología) y siente que está ayudando al máximo, especialmente con la cirugía de cataratas. “Lo agradecen muchísimo cuando lo ven mejor después de la operación, y me quedo con esa alegría. Los pacientes también lo pasan muy mal con el ojo seco y mejorar su lubricación les beneficia mucho. Eso también me satisface. Creo que estoy cumpliendo ese sueño de cuando era niño”, ha declarado a GAUR8.

Eguiza es miembro de la Academia Americana de Oftalmología y también de la europea. Donde, recientemente, se ha publicado un artículo que responde a numerosas preguntas sobre las lágrimas.

Nuestros ojos lágrima constantemente para protegerlos, hidratarlos y poder ver bien. Pero también hacen más que eso. Y en eso se centran las investigaciones científicas.

3 tipos de lágrimas

  • Producimos lágrimas basales constantemente al parpadear para mantener la córnea húmeda, alimentarla y protegerla. Actúan como escudos entre el ojo y el resto del mundo, dejando fuera la suciedad y los desperdicios.
  • Las lágrimas de reflejos se forman para limpiar el humo, los cuerpos extraños o el vapor de la cebolla; y también para protegerse de la temperatura extrema, la luz y el viento. Se emiten en mayor cantidad que las basales y pueden contener más anticuerpos para prevenir las bacterias.
  • Las lágrimas de emoción, provocadas por la alegría, la tristeza, el miedo y otros estados emocionales.

¿De qué están compuestas las lágrimas?

Las lágrimas están compuestas principalmente por agua, mocos y grasas. Sabemos que todas tienen enzimas, lípidos, metabolitos y electrolitos, pero aprendemos mucho de los componentes de las lágrimas emocionales. Algunos científicos han encontrado algunas hormonas y proteínas que no están en otros dos tipos de lágrimas, como la prolactina, el potasio y el manganeso. Plantean como hipótesis que su liberación puede ayudarnos a regular el organismo.

Las lágrimas nacen en las glándulas lagrimales que tenemos en la parte superior de cada ojo. Los ojos se abren al parpadear y luego se drenan en diminutos agujeros situados en las esquinas de los párpados superiores y bajos. Caen por los pequeños canales de los párpados hasta llegar a la nariz. Hay lágrimas que se evaporan y otras que la piel vuelve a absorber.

Cuando se forman abundantes lágrimas y el sistema de drenaje se desborda, salen de los ojos y caen por las mejillas. Incluso a veces salen por la nariz.

La lágrima está formada por tres capas:

  • El interior es moco, y mantiene la lágrima pegada al ojo.
  • La intermedia es la capa más gruesa: es acuosa y humedece el ojo, se enfrenta a las bacterias y cuida la córnea.
  • La capa exterior es grasienta, de forma que mantiene suave la piel de la lágrima, deja ver el ojo a través de ella y evita que se evaporen las otras dos capas.

A medida que envejecemos, producimos menos cantidad lágrimas. Las lágrimas basales nacen más lentas y eso puede hacer que los ojos se sequen. Tener ojos secos es un problema habitual en las personas con cambios hormonales, especialmente en las mujeres en estado de gestación o menopausia. Las lentillas y algunas medicinas también pueden secarlas.

1,5 mililitros de lágrimas diarias

Sin llorar, generamos aproximadamente 1,5 mililitros de lágrimas diarias. Varía mucho de una persona a otra, pero la doctora Lauren Bylsma, de la Universidad de Pittsburgh, afirma en el artículo de la Academia Americana de Oftalmología que la frecuencia del llanto femenino es tres o cuatro veces mayor que la masculina. El llanto también suele ser más intenso. Depende de la naturaleza de la persona y de su forma de expresarse. Al fin y al cabo, la lágrima es una forma de expresión. Hay gente más emocional, que se emociona rápidamente, que tiene una risa fácil… Es una sensación preciosa reír y llorar a la vez.

El sistema límbico y el sistema lagrimal participan en la formación de las lágrimas emocionales. Cuando el organismo se emociona, el sistema límbico (partes del cerebro relacionadas con el despertar emocional) emite una señal al servicio de mensajería del cerebro, desde donde se da la orden al sistema de lágrimas de producir gotas.

De todos modos, aún queda mucho por investigar más para entender los cambios fisiológicos y neuronales relacionados con las lágrimas emocionales.

¿Por qué lloramos?

Los científicos llevan siglos investigando el porqué de nuestro llanto. En 1662, el científico danés Niels Stensen descubrió que las lágrimas se formaban en la glándula lagrimal. La mayoría de los investigadores creen que las lágrimas de emoción las vertemos solo los humanos, debido a factores biológicos, fisiológicos y sociales.

Hemos aprendido que estas facilitan las relaciones sociales y favorecen la ayuda mutua. Según los psicólogos, el llanto tiene su origen en la vocalización de los animales, sería su evolución. Los recién nacidos y los bebés que aún no han desarrollado completamente sus glándulas lagrimales no pueden llorar de forma visible, pero lloran de manera auditiva, pidiendo atención y ayuda. En la infancia y en los primeros años de la adolescencia, el dolor físico también suele ser a menudo motivo de lágrimas emocionales.

A medida que se adentra en la edad adulta, provoca un abanico cada vez más amplio de sentimientos que se traducen en lágrimas emocionales: dolores físicos y afectivos, empáticos y compasivos, sociales y sentimentales, incluso morales.

“El valor del llanto está más relacionado con la respuesta social que provoca que con las consecuencias fisiológicas”, defiende la doctora Bylsma. Ha realizado numerosos estudios sobre este tema y ha llegado a la conclusión de que mucha gente se siente mejor después de llorar, siempre y cuando haya recibido apoyo de alguien mientras lloraba. Los intentos de llorar que dan a quien llora una nueva visión de lo que se equivocaba, pueden llevar a una sensación de bienestar. En cambio, quienes han intentado contener el llanto o han llorado en un entorno en el que no han encontrado ayuda, normalmente no se sienten mejor después de llorar.

Sergio Eguiza considera que llorar es bueno: “Hay que sacar todos los sentimientos para que no se queden dentro”.

La importancia del parpadeo

Más allá de las emociones, el llanto también es favorable para proteger los ojos. “Si hace mucho viento, llorar ayuda. Algunos se preocupan mucho porque salen a la calle y lloran si hace frío o viento. Vienen preocupados a la consulta. Pero les digo que estén tranquilos, porque las lágrimas tienen la función de proteger el ojo. Otra cosa es estar en casa y derramar lágrimas todo el tiempo. Entonces sí, habría que mirar el motivo del llanto”.

La gente recurre al oftalmólogo incluso por el picor de los ojos, sobre todo porque al final del día sienten los párpados pesados. Normalmente, son personas que pasan mucho tiempo en el ordenador, con aire acondicionado o con calefacción encendida. Eso seca los ojos. Las personas que conducen mucho suelen ponerse aire acondicionado mirando a la cara, lo que también daña los ojos.

“El problema es que, cuando miramos las pantallas, estamos tan atentos que no parpadeamos. Entonces se pierde ese estímulo de las glándulas lagrimales. Si no parpadeamos, se acumula grasa en las pestañas y producimos una lágrima muy grasienta. Los ojos no se humedecen adecuadamente, se pueden secar y producir pequeñas heridas. El ojo puede enrojecer, podemos sentir los párpados cargados o pesados, podemos sentir picor… Como la lágrima es muy grasienta, es como mirar por un cristal enjabonado”.

Aunque se nos suela olvidar, es muy importante descansar y parpadear al menos cada cinco o diez minutos.

Falta mucho por investigar

ojo seco, lágrima artificial

Gracias a los avances en las investigaciones, las lágrimas que se generan en el laboratorio se parecen cada vez más a las lágrimas que segrega nuestro organismo. Así que se protegen mejor y duran más. Sin embargo, todavía faltan muchos elementos por investigar, por ejemplo, los que aportan rasgos antisépticos. Con ellos se podrían mejorar las lágrimas artificiales.

Es muy difícil quedarse sin lágrimas. Hay patologías, muy raras, que secan muchísimo los ojos, pero afortunadamente son pocas. Por llorar mucho no se nos acabarán las lágrimas. Así que podemos desahogarnos tranquilamente.

Algunos consejos prácticos para nuestro día a día

El doctor Sergio Eguiza ha dado algunas recomendaciones para esta época en la que solemos estar expuestos al sol o realizando actividades al aire libre: “Siempre es bueno llevar lágrimas artificiales en la bolsa para hidratarse. También ponerse gafas para que la luz no te duela y beber mucha agua”.

También es importante no dirigir el aire acondicionado del coche a la cara. Es mejor dirigirlo hacia abajo y descansar la vista.

Muchas veces la gente compra las lágrimas en la farmacia o en el supermercado sin ir al médico, pero es importante saber qué tipo elegir, porque no todas son iguales y a cada persona convendrá una u otra dependiendo de sus características: A uno le faltará la capa del moco; a otro, la de la grasa o el agua. Por lo tanto, conviene acudir a la consulta previamente para elegir el mejor tratamiento.

Artículo extraído de GAUR8.

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