La conjuntivitis vírica y el lagrimeo están provocadas por los mismos virus que generan los procesos gripales. Dura diez días y provoca enrojecimiento.
Existen molestias oculares típicas del invierno. Las bajas temperaturas propician el lagrimeo de los ojos, molestia que se agrava en los días de viento.
Molestias producidas por el lagrimeo
Según nuestro especialista, el doctor Rodriguez Agirretxe, las lágrimas tienen dos formas de salir al exterior: por el lagrimal o a través de la evaporación de las mismas.
En invierno la evaporación es menor que cuando hace calor, por lo que el lagrimal suele expulsar mayor cantidad de líquido, con las consiguientes molestias. No es un problema grave pero sí molesto.
La manera de minimizar las molestias es proteger el ojo con una pantalla, es decir, mediante gafas de sol o gafas normales.
El problema inverso es el ojo seco, que en invierno se produce debido a la sequedad de los distintos ambientes propiciado sobre todo por las calefacciones.
Dese ICQO recomendamos, además de las lágrimas artificiales, que ayudan a hidratar el ojo, medidas ambientales, que consisten en ventilar la estancia, no abusar de las temperaturas altas cuando se enciende la calefacción o utilizar humidificadores.
Si además se trabaja frente a un ordenador, es recomendable parar cinco minutos cada una o dos horas de trabajo con el objetivo de que la vista descanse. De esta manera se evitarán problemas mayores que puede acarrear el ojo seco.
Por otra parte, los mismos virus que provocan los procesos gripales en invierno, son los responsables de la conjuntivitis vírica, una enfermedad infecciosa de los ojos que brota cuando bajan las temperaturas. Los más frecuentes son los adenovirus.
Los síntomas más típicos son el enrojecimiento del ojo y la secreción del mismo. Suele durar alrededor de 10 días o en algunos casos incluso superar el mes.
Ante los primeros síntomas lo mejor es acudir al oftalmólogo que ofrecerá el tratamiento adecuado y evitar el contagio no compartiendo toallas y lavándose las manos tras tocarse el ojo.