La exposición prolongada a los rayos UV puede aumentar el riesgo de padecer enfermedades oculares como cataratas, pterigión y degeneración macular, por eso es clave usar gafas de sol siempre pero sobre todo en verano.
Aunque las gafas de sol se utilizan ya durante todo el año, el verano sigue siendo la época en la que más se usan por la cantidad de horas de sol que tienen los días, por las vacaciones de verano y porque pasamos más tiempo al aire libre que en otras épocas del año.
Además de una moda, el uso de las gafas de sol es clave para evitar daño solar en los ojos. Como explica a CuídatePlus Claudia de Escauriaza, óptico optometrista de EssilorLuxottica, “una exposición al sol sin la protección UV adecuada puede provocar daños en nuestros ojos a corto y largo plazo”. Por ejemplo, “después de un día de playa o de montaña sin haber protegido nuestros ojos, podemos notar enrojecimiento ocular, picor, ojos llorosos que son síntomas habituales de inflamación”.
Pero más allá, a largo plazo, los efectos son peores. Como informa, la experta, “la exposición a la luz UV también produce envejecimiento de la piel que tenemos alrededor de los ojos, además de dañar la estética periocular, también produce la aparición de patologías oculares que afectan a distintas estructuras del ojo como son las cataratas, el pterigium o la pinguécula”. Algunas de estas patologías son las cataratas, el pterigión o la degeneración macular, además de quemaduras solares en la córnea, conocidas como queratitis solar.
Está claro que el uso de gafas de sol para protegernos de estos efectos está claro, pero ¿qué gafas son las mejores o las más recomendadas? Como informa De Escauriaza, “podrán ser adecuadas cualquiera de las gafas que se puedan adquirir en un establecimiento de óptica”.
El color de la lente de la gafa de sol no influye
En cuanto a la elección del color de la lente, muchas personas creen que cuanto más oscura sea la lente, más protección tendrán, pero no es así. Como explica la especialista, “oscuridad no es sinónimo de protección”.
Por tanto, la oscuridad de la lente no se correlaciona necesariamente con mayor protección UV. Y es que, la protección depende de la calidad del recubrimiento UV aplicado al lente, no de su color o tonalidad. Es más, unas gafas de ver “con lentes transparentes de calidad también protegen de la luz UV”. Sin embargo, “si adquirimos unas gafas que no están homologadas, aunque sean oscuras, permiten el paso de la luz UV y podrían causar los daños oculares de los que hablábamos antes”.
Por tanto, el mejor consejo para comprar unas gafas de sol es elegir una óptica para hacerlo, ya que en ellos te asegurarán de que “las gafas cumplen con la normativa y de que tus ojos estarán protegidos, además, podrán conocer la gran variedad de colores y las opciones de lentes disponibles”.
Consejos para proteger los ojos del sol
Además de las gafas de sol, hay que complementar la protección ocular con un gorro o sombrero de ala ancha. “Estos accesorios ofrecen sombra adicional y también protegerán la cara y los ojos de los rayos del sol”, informan desde el Instituto Clínico Quirúrgico de Oftalmología ICQO.
También es importante tener los ojos hidratados, ¿cómo? “Bebiendo suficiente agua durante todo el día, además de, en la medida de lo posible, utilizar lágrimas artificiales o gotas oculares recomendadas por el oftalmólogo para aliviar cualquier sensación de sequedad o irritación ocular”.
El último consejo es el descanso. “Durante las cálidas noches de verano, es esencial asegurarse de obtener un descanso adecuado”, informan desde el Instituto. El sueño de calidad no solo beneficia a la salud en general, sino también a la vista. Dormir lo suficiente en una habitación oscura y tranquila “ayudará a que los ojos se recuperen del estrés diario y se mantengan saludables”.
Texto extraído de CuidatePlus.