Un clásico de estos días: Llegas al trabajo después de unas semanas de vacaciones con las pilas recargadas, pero hay algo que no va bien. Tu cerebro parece haberse tomado un respiro demasiado largo, y tu vista también lo nota. ¿Por qué notas que lo que aparece en la pantalla no está tan nítido como antes? Si te preguntas por qué veo mal después del verano, no estás solo. Cientos de personas experimentan esta sensación al regresar a la rutina. ¿Es posible que tu vista haya empeorado en solo unas semanas? ¿Qué ha pasado?
Las razones de por qué veo mal después del verano (y sus soluciones)
Motivo 1: Relajación de la musculatura ocular
Durante el verano, la musculatura ocular se acostumbra a mirar a lo lejos, a una distancia de más de seis metros, sin el esfuerzo constante de enfocar el ordenador a 60 centímetros. Al volver a la rutina, nos cuesta enfocar, y ahí es donde se revela la vista cansada después de las vacaciones.
Este fenómeno es especialmente común a partir de los 40 años, cuando la degeneración natural del ojo se traduce en problemas para enfocar, eso que conocemos como vista cansada o presbicia, un problema que evoluciona paulatinamente. Aunque el problema ya existía, el descanso prolongado de la vista hace que al volver a usarla intensivamente, la incapacidad de enfoque sea más notoria y molesta. No es de extrañar que, según datos de Óptica & Audiología Universitaria, la venta de gafas ocupacionales (las que nos permiten manejarnos en distancias cortas y medias, o cambiando las que tienen por otras con una mayor graduación) se incremente un 20% en septiembre.
Si pasamos de los 40 y estamos más de tres horas diarias frente a pantallas, leyendo documentos o realizando tareas en espacios cerrados, tenemos muchos boletos para acabar usándolas. Eso sí, hay unos pocos ‘privilegiados’ que se salvan de la presbicia y lo son porque, paradójicamente, tienen algún defectillo visual, como un poco de astigmatismo o de miopía en uno de los ojos, que no les genera ningún tipo de problema en el día a día, pero que les dota de una multifocalidad natural (para equilibrar esos fallos) que los ‘vacuna’ contra la presbicia. En este caso, la desviación de la norma tiene premio y explica que haya ancianos que leen el periódico sin gafas.
MOTIVO 2: Ojo seco por ‘maltrato’ veraniego
Muchas veces terminamos las vacaciones con el pelo hecho un estropajo y la piel seca por el cloro, la sal del mar y el sol. Y, como es algo muy visible, en estas fechas nos venden muchos productos cosméticos de hidratación para recuperar su estado preveraniego. Pues bien, así como el sol y el cloro maltratan la piel, los ojos también se resienten.
El director médico del Instituto Clínico Quirúrgico de Oftalmología, Juan Durán, señala que la exposición al sol, el agua de mar y las piscinas, así como el aire acondicionado y las largas horas al volante, pueden provocar sequedad ocular. Este «estrés» se traduce en una pérdida de la calidad visual que percibimos con mayor intensidad al volver a la oficina.
Además, según indica, «Quienes usan lentillas pueden haber caído en cierto desorden en verano (horarios caóticos, peor higiene) y vuelven con los ojos resentidos. Por eso siempre recomendamos que en vacaciones se usen desechables, que requieren menos cuidados». Además, el experto recalca la importancia del uso de lágrimas artificiales para mantener el ojo hidratado.
¿Hay que resistirse a usar gafas de cerca?
Muchas personas retrasan el momento de empezar a usar gafas para la presbicia por coquetería, por cabezonería, por no depender de ellas… ¿Hacen mal? «Yo aconsejo aguantar un poquito, usando lágrimas artificiales y buena luz para ayudarnos a ver mejor. Así hacemos que el músculo del ojo siga esforzándose un poquito más», indica Juan Durán. Pero este acto de resistencia debe ser sensato: si ya notamos mucha incomodidad…, gafas, lentillas multifocales o, en casos avanzados, a partir de los 55 años, operación. No hay necesidad de seguir preguntándose por qué veo mal después del verano si la solución está al alcance de la mano.
La importancia de una revisión oftalmológica después del verano
Si bien la sensación de vista cansada después de las vacaciones puede ser temporal, no debe ignorarse. El verano y el cambio de hábitos laborales pueden hacer evidentes problemas de visión preexistentes, como la presbicia o el astigmatismo, que no se manifestaban antes. Una revisión oftalmológica completa tras el periodo estival es fundamental para un diagnóstico preciso y para descartar cualquier otra afección. Es el momento ideal para adaptar tus gafas o lentillas a tus necesidades actuales y asegurarte de que tu salud visual está en las mejores condiciones para afrontar la rutina diaria.
