La doctora Nagore Urrestarazu, especialista en el área de oftalmopediatría y neuroftalmología, habla sobre la miopía infantil y su efecto durante la pandemia en una entrevista concedida a Radio Popular.
¿Cuáles son las claves para saber cómo funciona la miopía? ¿Hay relación entre pantallas y miopía?
Sí, por supuesto que hay relación y, de hecho, ya se había visto antes de la pandemia, porque con la pandemia nos hemos topado que tenemos que estar muchas más horas dentro de casa, pero previo a la pandemia ya teníamos todos los dispositivos móviles, las tablets, los ordenadores… Y los niños ya pasaban muchas más horas que nuestras generaciones delante de una pantalla. Entonces, a pesar de que la miopía tiene otros factores que la desencadenan como, por ejemplo, el factor genético evidentemente, que es muy importante, sí que está completamente relacionada con el número de horas que se está delante de una pantalla o de un libro. Es decir, sin enfocar de lejos.
¿Qué impacto puede tener que cada vez veamos a los niños más pronto con pantallas?
En adultos es cierto que sí, que también puede provocar síntomas de ojo seco, vista cansada, pero es verdad que en los niños es más preocupante porque realmente sí que estamos viendo un inicio precoz de la miopía. Es decir, se está adelantando unos años la aparición de la miopía y estamos viendo también miopías de magnitud más alta de la que teníamos prevista anteriormente.
Es decir, una miopía leve de dos dioptrías, en el fondo te puede provocar mucha incomodidad visual, pero no suele estar relacionada a patología oftalmológica. Hay problemas cuando las dioptrías empiezan a aumentar y pasamos de cinco, de siete, de diez y el hecho de dar esos pasos suele ir a la larga con patologías oftalmológicas de otro tipo, como el glaucoma, desprendimientos de retina… Ya el tema ahí se pone más complicado. Por eso hay que intentar evitar en la medida que podamos, sobre todo en las miopías, dioptrías muy altas.
¿Podrían fijarse unas horas al día en las que el niño tenga que estar mirando un poquito más allá?
La respuesta sería el mayor tiempo posible. Es verdad que todos vivimos una vida que es muy cercana, desde muy pequeños están constantemente enfocando de cerca y, al final, el problema de la miopía es que tienes un ojo de un tamaño mayor de lo normal y cuánto más te esfuerzas en ver de cerca, es un poco la pescadilla que se muerde la cola, más aumenta de tamaño. Entonces, cuánto más tiempo puedas pasar al aire libre y enfocar de lejos, mejor.
¿Cuáles pueden ser las señales de alarma?
Los niños pequeños, por regla general, menores de 6-7 años, son en su gran mayoría hipermétropes. Es decir, todo lo contrario. El ojo es un ojo pequeño, porque ellos son pequeños también. Cuando, por lo que sea, por genética, el niño ya tiene miopía desde bien temprano, o bien porque está teniendo una evolución de la miopía muy rápida, los signos de alarma son bastante claros.
En primer lugar, ves que se acerca a las cosas, se acerca cuando quiere hacer alguna actividad, el objeto que tiene se lo acerca más a la cara, para ver la tele no se puede separarse porque quiere estar pegado completamente, hace gestos raros con los ojos, en ocasiones también parpadea, se frota… Normalmente solemos recomendar que, si hay antecedentes familiares de miopía, sobre todo de miopía alta, unas revisiones en torno a los tres años. Y, sino, la revisión que se hace en el pediatra en torno a los cuatro años.
Muchas veces está relacionado con el fracaso escolar, también.
Eso en general es ya en más mayores, evidentemente, a partir de los diez, de los ocho, cuando ya cuesta copiar algo de la pizarra. Si no la ves, es complicado seguir el ritmo. Normalmente, cuando son más pequeños, la miopía no les impacta, porque de cerca los miopes vemos bien. En ese aspecto, no hay problema, pero sí que es verdad que a partir de los 6, 7, 8 años, cuando ya tienen que hacer cosas de lejos, tienen que estar bien graduados, porque sino no ven las cosas de clase.
¿Hay alguna forma de revertir todo esto más allá de la cirugía?
De todas maneras, lo que hacemos en la cirugía es corregir las dioptrías, pero esa patología asociada en dioptrías no revierte. Lo principal es prevenir. Luego sí que tenemos una serie de tratamientos, por llamarlo así, para intentar que no avance de manera tan rápida. En los niños estamos usando unas lentes de contacto de prevención, también tenemos dispositivos farmacológicos, unas gotas que podemos aplicar cada 24 horas. Todo eso según el tipo de miopía.
Generalmente, si tenemos en cuenta únicamente el factor oftalmológico, no solemos recomendar abusar de más de una hora, hora y media aproximadamente al día. Es difícil cumplirlo.
Entrevista completa en el siguiente enlace: https://www.facebook.com/ICQOclinico/videos/1162951194186740/