La miopía es un defecto ocular que impide el correcto enfoque de los objetos, normalmente lejanos, y que afecta a más del 25% de la población. Esta cifra va tanto en aumento que la Organización Mundial de la Salud (OMS) estima que para el año 2050 será el 50% de la población quien lo padezca.
Aunque la miopía puede tratarse con el uso de lentes de contacto, gafas y cirugía, las personas con este defecto ocular corren mayor riesgo de desarrollar otras enfermedades relacionadas con la vista. De hecho, más del 65% de los casos de desprendimiento de la retina han sido detectados en personas miopes. Esto se debe a las deformidades oculares que causa dicha patología. En efecto, los ojos de los adultos miopes pueden continuar creciendo todavía a partir de los 50 años.
En ICQO recomendamos a las personas con miopía acudir a revisiones periódicas con el oftalmólogo para detectar precozmente las patologías oculares que pueden derivar de la miopía. Hay que tener en cuenta que las personas miopes con más de tres dioptrías multiplican por diez el riesgo de desprendimiento de retina; en el caso de las personas con más de ocho dioptrías puede multiplicar el riesgo hasta en el 60%.
Tratamientos para la miopía: cirugía refractiva
Una de las maneras para tratar la miopía es la cirugía refractiva. En ICQO ofrecemos tres métodos para la realización de corrección ocular a través de la cirugía refractiva: cirugía corneal láser, implantes de lentes fáquicas y cirugía de cristalino. Las dioptrías, la edad y/o las características del ojo son factores que el especialista tendrá en cuenta a la hora de tomar una decisión técnica.
“La cirugía refractiva está muy protocolizada. Existen unos criterios con margen de prudencia para reducir las incidencias y complicaciones, que lamentablemente nunca se pueden evitar al 100%”, explica el doctor y director de ICQO Durán de la Colina. Añade, además, que la edad ideal para realizar una intervención se sitúa entre “los 22 y 42 años”.
El doctor Durán de la Colina no se centra solamente en las características de la operación, sino que también le da la importancia que merece a la tecnología. “La instrumentación permite el análisis ocular muy pormenorizado y los instrumentos quirúrgicos son cada vez más precisos y menos agresivos”. Aunque siempre hay cosas que no pueden evitarse: “La variable que no podemos evitar es el propio ojo y, como cualquier parte del organismo, puede tener en ocasiones respuestas inesperadas”.
Te recomendamos pedir cita con uno de nuestros especialistas en la materia para facilitar la detección precoz de enfermedades oculares y reducir el riesgo de desprendimiento de la retina por miopía.